Dentro de un ambiente laboral, las interacciones entre los miembros de un equipo se encuentran a la orden del día; comúnmente, se busca encaminarlas de la mejor manera, sin embargo, en ocasiones se presentan eventos que pueden mermarlas, repercutiendo también en la seguridad y productividad de un trabajador. Uno de ellos es el mobbing laboral.
En la entrada del #blogWorkbeat de hoy abordaremos de forma más profunda este fenómeno, buscando explicar sus causas y qué caminos puedes seguir para erradicarlo por medio de un gran aliado: la cultura organizacional.
Mobbing laboral: ¿cómo podemos definirlo y cuáles son sus causas?
Para comenzar, podemos definir al mobbing (cuando este se produce dentro del ámbito laboral) como todas aquellas acciones encaminadas a intimidar o degradar a un trabajador con el objetivo de empeorar su clima laboral y empujarle a abandonar la empresa.
Este hostigamiento puede realizarse a través de diferentes métodos, por ejemplo:
- Dirigirse a un trabajador mediante gritos, insultos, amenazas y en continuo tono despectivo.
- Presionar a un empleado de forma sistemática, sobrecargándolo de trabajo u obligándole a entregarlo en plazos imposibles de cumplir para cualquier persona.
- Asignar tareas de escaso valor a un trabajador o dejarle sin nada que hacer, como excusa para alegar posteriormente un bajo rendimiento del activo.
- Criticar el trabajo de una persona de forma sistemática y destructiva, con el objetivo de minar su seguridad y autoestima.
- Magnificar errores insignificantes, tomando medidas desproporcionadas e irracionales ante cualquier tipo de fallo.
- Modificar sin previo aviso las tareas o responsabilidades de un empleado, con el objetivo de inducirle a cometer errores o reducir su productividad.
- Aislar al trabajador del resto de compañeros, generando rumores entre el equipo que merman las relaciones interpersonales dentro del entorno laboral.
- Difundir calumnias con el objeto de mermar la reputación personal o profesional de la víctima.
- Despreciar cualquier opinión de la víctima o impedirle expresar sus valoraciones personales dentro de los asuntos y procesos de la empresa.
- Hacer continuas bromas de mal gusto, comportarse de forma irrespetuosa.
- Atacar su vida privada, su modo de pensar o convicciones personales cuando estas tienen poco o nada qué ver con el trabajo realizado por parte del empleado.
Normalmente, el mobbing laboral se trata de violencia verbal y psicológica, aunque hay ocasiones en las que puede llegar al plano físico (agresiones) o sexual (acoso sexual). Aunque en la mayoría de casos el objetivo es forzar al trabajador a abandonar la empresa y no pagarle la indemnización por despido, también puede tener otras finalidades, como obligarle a aceptar unas condiciones específicas o un clima laboral asfixiante.
De igual forma hay que entender que, aunque suele confundirse, el mobbing no es lo mismo que la discriminación laboral, pues esta última tiene como base la diferencia de trato a un empleado a causa de diferencias físicas o culturales que nada tienen que ver con su desempeño laboral, por ejemplo: motivos de género, edad, orientación sexual, ideología política, creencias, etc.
Así pues, encontramos que el objetivo de la discriminación laboral es que el afectado tenga unas condiciones de trabajo peores que el resto de empleados (sueldos, jornada laboral, descansos, etc), por el simple hecho de ser “diferente”, mientras que el objetivo más habitual del mobbing es el hostigamiento de un trabajador con el objetivo de degradar su clima laboral, obligándole a aceptar condiciones laborales injustas o incluso a perjudicarle y orillarlo a abandonar su puesto de trabajo.
De esta manera, el mobbing dentro de las empresas puede traer diversas consecuencias a quienes lo padecen, entre las cuales encontramos:
- Consecuencias psicológicas: el acoso laboral deteriora lenta e inexorablemente la fortaleza mental de la víctima. Entre los efectos más comunes provocados a nivel psicológico están la ansiedad, estrés, depresión, baja autoestima, aislamiento, sentimiento de culpa, etc.
- Consecuencias sobre la salud: de igual forma, los efectos del mobbing laboral también son palpables en la salud física de la víctima, pues puede sufrir problemas de migrañas, dolores gastrointenstinales, náuseas, trastornos del sueño. Incluso, en los casos más graves podría provocar trastornos del sistema nervioso, problemas en el metabolismo o deficiencias en el sistema inmunológico.
- Consecuencias sociales: es frecuente que, debido a la gran presión bajo la que se pueden llegar a encontrar, las víctimas de mobbing laboral se aíslen en su propio mundo y abandonen su vida social. Dejan de ver a amigos y ya no frecuentan los sitios a los que solían ir antes; en caso de producirse, sus interacciones sociales son más esporádicas y con menor nivel de profundidad.
- Consecuencias familiares: asimismo, el entorno familiar puede ser otra víctima del mobbing laboral. Normalmente la persona que sufre esta situación no se la cuenta a sus seres queridos o a sus más allegados, al contrario: la interioriza, entrando progresivamente en una dinámica negativa que afecta a la vida familiar. Se traduce en un comportamiento más retraído, cambios de humor repentinos, etc.
- Consecuencias laborales: por último, el mobbing en el trabajo es susceptible de hacer que la persona abandone su empleo. Pero, además, puede provocar repercusiones al punto de condicionarle a la hora de integrarse en otro puesto de trabajo.
Luchando frente al mobbing con la mejor aliada: la cultura organizacional
Sabemos que después de conocer más sobre este fenómeno, las dudas sobre si es algo que se vive actualmente en tu empresa te pueden estar asaltando. Por ello, es momento de encender las alarmas y comenzar a trabajar para identificar casos actuales o potenciales de mobbing laboral en tu plantilla; para tu fortuna, cuentas con una gran aliada entre tus filas.
Y es que la cultura organizacional, gracias a su protagonismo como piedra importante en los cimientos de una empresa, también funge como una embajadora de actitudes y protocolos a llevar a cabo, con la finalidad de evitar situaciones y fenómenos que puedan estropear el clima laboral.
Por ello, puedes utilizarla para comenzar a generar un cambio positivo dentro de las relaciones interpersonales entre tus colaboradores y tus procesos de trabajo:
- Comienza desde las bases, identificando qué situaciones pueden estar ocurriendo dentro de la plantilla y sus relaciones diarias, con la finalidad de ubicar banderas rojas a las que hay que prestarles atención. ¿Qué herramienta mejor para ello que las encuestas de Clima Laboral?
- Integra a tu cultura organizacional políticas empresariales que busquen prevenir actitudes que desemboquen en mobbing y discriminación laboral, incentivando a los colaboradores a tomar acciones para mejorar la comunicación y el trabajo en equipo con sus compañeros.
- Mantén abierta la comunicación interna, brindando a los colaboradores canales directos para compartir sus inquietudes, quejas y sugerencias para mejorar su entorno laboral. Recuerda que muchos pueden no animarse a hacer un comentario de forma directa, por ello el anonimato puede ser una gran opción.
- Focaliza esfuerzos en mantener un monitoreo constante en la salud emocional de tus empleados, con la finalidad de identificar cualquier indicio que pueda evidenciar una baja de productividad y cambios en su personalidad. Si quieres saber más, haz clic aquí.
- Echa mano de la educación para mejorar. Integra a tus colaboradores a cursos y pláticas con especialistas en el área para conocer más sobre las actitudes que se engloban en el mobbing laboral y qué acciones pueden tomar de forma personal para erradicarlo. Recuerda que una capacitación constante y entendible asegura una correcta recepción de información, y una posterior aplicación de métodos exitosos para mejorar las relaciones interpersonales.
Un clima laboral idóneo no se crea de la noche a la mañana: se construye con bases cimentadas y equipos de trabajo informados, dispuestos a abrirse con sus iguales y conocer más sobre ellos, con la finalidad de tomar lo mejor de su convivencia para aplicarlo en su día a día.
Permite a tus empleados transformar sus días de trabajo en experiencias maravillosas, que les permitirán considerar a tu empresa como el mejor lugar para trabajar desde el día uno.