Un ascenso es algo que todo trabajador aspira conseguir después de permanecer en una posición durante determinado tiempo. Pero hay algunos casos en los que han pasado los meses ¡o años! y la ansiada propuesta no llega.
Los empleados pueden llegar a asumir que nunca llegará, que la empresa no es justa, que la suerte no los acompaña o incluso que son tan buenos en lo que hacen que a la compañía prefiere tenerlos en el puesto que ocupan actualmente.
Este último caso es muy usual, a veces la eficiencia juega en contra. Ser demasiado bueno en lo que haces, dominar tus funciones como nadie, cumplir los objetivos laborales, o haberte convertido en imprescindible, en vez de ser algo positivo, podría parecer que es el camino al estancamiento laboral.
No aplicar evaluaciones 360 puede ser la razón de una alta tasa de rotación
Cuando algunas de las situaciones anteriores pasan, los trabajadores empiezan a mirar al mercado externo y se corre el peligro de perder a los mejores talentos.
Por eso, las evaluaciones 360 ayudan a recursos humanos a detectar qué está pasando alrededor de cada colaborador, su comportamiento y cómo es percibido. Con los resultados es posible empezar a diferencia entre los que son buenos trabajadores y los que verdaderamente se han posicionado cómo líderes en potencia.
Pero los resultados no vienen solos, existen más señales que indican quienes son los más aptos para una promoción interna. A continuación, las enlistaremos.
El camino hacía el ascenso laboral
Absoluto compromiso. Cuidado con este primer punto, porque podría ser confuso. La acumulación de horas extras no determina el compromiso del colaborador, pero sí la calidad en horas de trabajo que dedica en la empresa.
También hay que tomar en cuenta que, la antigüedad en la organización no siempre hace a un trabajador merecedor del ascenso. Sino el resultado y la adaptación a las necesidades de cambio en las compañías, la productividad laboral y la proactividad son los factores que definen la actitud positiva que los hará confiable ante los ojos de sus superiores y del departamento de recursos humanos.
Definir objetivos laborales. Es importante que los trabajadores tengan claro lo que la empresa espera de ellos a través de sus objetivos laborales para tener un horizonte claro y no dar pasos que se conviertan en ensayo y error, trayendo complicaciones a la compañía y a ellos mismos.
Hablar sobre los intereses reales de crecimiento. Sin embargo, como mencionamos al inicio, que el jefe esté satisfecho con el desempeño profesional no significa que lo promoverá inmediatamente.
Es aquí en dónde cobra importancia la comunicación. Para los colaboradores, es recomendable mostrarse abierto y claro para que los superiores conozcan sus expectativas sobra las promociones internas. Si las inquietudes no son comunicadas, es posible que no se tenga claridad sobre el futuro cercano.
Destacar en el liderazgo. A veces, los potenciales líderes se ocultan a simple vista, y los únicos capaces de identificarlos son las personas que diariamente los ven involucrados en las inquietudes del equipo y con una eterna actitud de servicio: sus propios compañeros.
Regresamos a la importancia de las Evaluaciones 360° en esta decisión. Pues sin duda ayudan a realizar promociones acertadas basadas en información brindada por todas las personas que están en contacto con el próximo jefe.
Los trabajadores que en las evaluaciones 360 son calificados por su propio entorno como líderes son considerados jefes más humanos y percibidos como autoridades que se interesan por el bienestar de su equipo. Con quienes se puede hablar incluso de cuestiones no relacionadas con el trabajo.
En conclusión, si una empresa se convierte en un lugar donde los ascensos laborales se brinden de forma transparente, el resultado será simple pero poderoso: trabajadores felices.
Utiliza la tecnología en cuidado al empleado que ayudará a reconocer de una forma justa el esfuerzo que se realiza entre los trabajadores de la organización, esto ayuda a que la gestión del talento sea más humana que nunca.