Cuando una empresa crece, no solo los éxitos, retos e ingresos son más grandes, sino también el número de empleados y resultados por evaluar. Es ahí cuando se da la necesidad de cambiar la forma de aplicar evaluaciones de desempeño laboral y adaptarlas a las necesidades actuales de la organización.
Sabemos que las evaluaciones de desempeño son una herramienta que funciona para documentar y dar seguimiento a la calidad del trabajo ejecutado por los trabajadores, el logro de sus resultados y la efectividad de la estrategia empleada en cada departamento. Según Deloitte el 58% de los profesionales de Recursos Humanos dice que las evaluaciones tradicionales no impulsan el crecimiento de los colaboradores, cuando este debería ser el principal objetivo.
Entonces es necesario conocer cuáles son las señales de alarma que indican cuando el desarrollo de los trabajadores ya no se puede seguir midiendo igual.
¿Cuándo es el momento de cambiar las evaluaciones de desempeño laboral?
El camino al éxito de las empresas y de los empleados no se puede dejar a la suerte. Es necesaria una guía y establecer parámetros medibles que permitan analizar y documentar el avance en cada objetivo. Independientemente de la modalidad de trabajo e industria, siempre es importante medir la productividad de los empleados y la calidad en de su trabajo con la mayor precisión posible.
Sin embargo, solo un pequeño porcentaje obtiene resultados efectivos con las mediciones tradicionales porque suelen ser demasiado subjetivas, es decir, no representan el desempeño real de un empleado, sino más bien como es percibido por los líderes del departamento.
Mientras que las evaluaciones de rendimiento más modernas permiten:
- Monitorear la productividad, avances y resultados de los trabajadores
- Clasificar los objetivos por prioridad
- Impulsar la motivación y desarrollo
- Brindar la información necesaria para robustecer el feedback entre el trabajador y su líder
- Crear una cultura de alto rendimiento y sana competencia entre los integrantes del departamento
- Alinear el trabajo de los colaboradores con la estrategia global de la empresa
Si después de leer esta lista te das cuenta que en tu organización la evaluación no aporta más que una calificación al rendimiento laboral, sigue leyendo. A continuación, mencionaremos cuales son las situaciones que podrían estar surgiendo en la empresa y que son señales de alarma para pensar en cambiar la forma de evaluar el desempeño laboral.
- Baja participación de los empleados en el proceso de evaluación
Si en la última evaluación de desempeño muy pocos trabajadores y líderes participaron en el proceso, es hora de renovarla y hacerla más atractiva para incentivar la participación. Si se continúa con la misma metodología esta tasa de participación probablemente siga siendo la misma o en el peor de los casos se reducirá aún más en la próxima entrega.
- Los resultados no son transparentes para los evaluados
Si los resultados de desempeño son inexactos o difíciles de entender perjudican la toma de decisiones y generan desconfianza en los empleados pues ellos buscan retroalimentación continua, honesta y transparente.
Para evaluar correctamente el desempeño laboral hay que recordar el motivo del mismo proceso, por eso es importante priorizar la retroalimentación, ser imparciales dejando a un lado los prejuicios y ver por el desempeño y el reconocimiento. ¿Sabes hasta dónde puede llegar un trabajador motivado? Nunca subestimes el poder de un “Gran trabajo” pues este puede llevar a la organización a tener resultados nunca antes vistos.
- Pocos empleados conocen sus metas y entienden el proceso
Según estudios solo el 40% de los empleados que participan en un proceso de evaluación saben cuáles son sus metas individuales, los objetivos de la empresa y como estos se relacionan entre sí. Para evitar esto es necesario alinear los esfuerzos del personal con los grandes objetivos globales de la compañía y como mencionábamos anteriormente, ser lo más transparente posible a la hora de comunicar que es lo que se espera que aporte cada trabajador.
También puede ser que el personal no entienda el proceso, ya sea porque este es muy complejo o no conozcan las razones del porqué de los procesos del día a día. En esto la comunicación es clave para resolver sus dudas, eliminar mitos que surgen entre los mismos compañeros de equipo y darle sentido a su trabajo.
- La evaluación no está digitalizada
Hacer las mediciones de forma manual, en papel, Excel o en un encuestador claro que es posible, pero toma mucho tiempo, es poco confiable y practico.
En cambio, si se opta por realizar el proceso en una plataforma digital para recursos humanos que tenga la tecnología necesaria para agilizar este proceso y reducir riesgos de errores humanos, todos participarán con más confianza desde cualquier lugar en el que se encuentren.
- La estrategia empresarial ha cambiado
Esta razón es la más usual en estos tiempos de cambio tanto en las industrias como en el mercado. Cuando la empresa se ve obligada a cambiar de estrategia es necesario que los departamentos adopten nuevos procesos que deben de ser medidos para evaluar la eficiencia de la misma.
Un claro ejemplo fue cuando las empresas de algunas industrias se vieron en la necesidad de adoptar el home office por la llegada de la pandemia, la productividad se tenía que mantener por lo tanto había que encontrar una nueva metodología para evaluar ahora a la distancia.
Si en uno de los puntos anteriores describimos la situación actual de tu empresa no se diga más. Ha llegado el momento de hacer un cambio en la forma que se evalúa el desempeño laboral del talento y adaptarlo tanto a las necesidades del negocio como a las del desarrollo del profesional de cada uno.
Este cambio traerá muchos beneficios para el éxito de ambas partes y sobretodo potencializará el desarrollo de los empleados, eliminará la idea de que las evaluaciones de desempeño laboral son utilizadas para juzgar su trabajo, sino más bien para acompañarlos en el camino a su crecimiento y desarrollo profesional. ¡Que inicie el cambio que tu empresa necesita!
