Buscando mejorar los flujos y el ritmo de trabajo dentro de los procesos laborales, desde hace algunos años desde las oficinas de Recursos Humanos hemos intentado encontrar y perfeccionar metodologías organizacionales que nos permitan simplificar nuestras tareas y mejorar el rendimiento de nuestros colaboradores en el día a día.
¿Has escuchado hablar de la metodología Lean Six Sigma? Si bien suele utilizarse de forma constante en el sector de manufactura, donde la disminución de errores y desperdicios es mucho más tangible, hoy en día son más las empresas que apuestan por implementarla dentro los procesos de Recursos humanos y administrativos, con la finalidad de mejorar la comunicación con sus colaboradores y maximizar la calidad de los entregables trabajados por los equipos, desarrollando una ventaja competitiva y evitando fallas en los procesos.
Lean Six Sigma, ¿cómo funciona y cómo nos puede ayudar?
Lean Six Sigma es una metodología cuyo objetivo principal es mejorar los procesos, buscando generar así un incremento en la productividad de estos. En otras palabras, busca convertir los procesos en situaciones rentables, teniendo un margen mínimo de errores o “desperdicios”.
Esta metodología ve sus primeros pasos en el modelo Six Sigma desarrollado por Bill Smith para la empresa Motorola a finales de los años 80, buscando emparejar y superar a sus competidores en cuanto a producción y manejo de la demanda del mercado. Dentro de ella, se vislumbra una estrategia de negocios enfocada en la mejora de calidad; posteriormente, este modelo fue adaptado y modernizado por otras empresas como General Electric. Por otro lado, la metodología Lean es creada basándose en el modelo TPS, popularizado por la empresa Toyota desde sus empresas manufactureras en Japón en 1960.
Sin embargo, es hasta el año 2002 cuando el modelo Lean Six Sigma llega al conocimiento de las empresas gracias al libro ‘Lean Six Sigma: combining Six Sigma Quality with Lean Production Speed’ de Michael L. George. En este libro, George incentiva a combinar las mejoras de calidad derivadas del Six Sigma junto con la mayor velocidad de procesos del método Lean.
Dentro de las características de esta metodología podemos encontrar:
- Se implementa una estructura de entrenamiento entre los colaboradores.
- Se aplica un enfoque de proactividad para la realización de tareas
- Se emplea una metodología estructurada con diversas herramientas
- Se enfoca mediante variables clave para los procesos.
- La calidad se obtiene en los procesos, no en una inspección final.
- Los entregables del proceso están ligados de forma directa a las entradas.
De igual manera, este modelo emplea el método DMIAC, el cual marca el eje para hacerlo funcionar gracias a sus pasos:
- Definir: encuentra el problema, el valor que le genera al cliente, el equipo y el proyecto, con la finalidad de validarlo al tiempo que se delega la responsabilidad a quien participará en el proyecto.
- Medir: consiste en mapear el proceso y determinar la información con la que se cuenta. Asimismo, está ligado de forma directa al rendimiento y responde la pregunta ‘¿Qué se necesita para mejorar?’.
- Analizar: se enfoca en identificar fuentes de variación y causas raíz. De igual manera, se centra en los procesos y los factores, con la finalidad de cambiar las causas.
- Mejorar: en esta situación, se busca generar cambios para maximizar el rendimiento.
- Controlar: se asegura de establecer controles para mantener las mejoras realizadas y garantizar la continuidad de crecimiento, buscando la finalización de las tareas de forma óptima.
Es por , implementar metodologías como esta entre tus equipos de trabajo puede ser útil para brindar un refresh en la modalidad de entregas y la dinámica en la que tus equipos se relacionan unos con otros, manteniendo así el interés en la proactividad y la sana competencia.
¿Habías escuchado hablar de ella? ¿Qué otra metodología para optimizar procesos te ha resultado útil o has implementado desde Recursos humanos? .
